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domingo, 14 de agosto de 2011

Valparaíso la Ciudad toma su Fisonomía

La ciudad toma su fisonomía
Al igual que un puzzle Valparaíso fue conformado por los descendientes de su pasado colonial, por oleadas de inmigrantes europeos y norteamericanos y por los propios chilenos del campo y la capital. La ciudad llegaría a ser tan original y heterogénea como sus habitantes, excepto que a todos los unían las ganas de quedarse allí.
Ya se avistaba tierra. Atrás, el mar abierto y el recuerdo del Cabo de Hornos; por fin, civilización. Al frente una montaña y a sus pies, cabañas trepando por las laderas, algunas casi colgando. Abajo, en una estrecha planicie, un grupo de casas altas, codo a codo con la zona portuaria. El viajero duda ¿Será éste el gran Valparaíso? Una vez en suelo firme siente el encanto de su caos, transita sus recovecos y comprende que su fisonomía responde a la libertad de sus habitantes. Valparaíso ha dejado de ser la aldea olvidada por los conquistadores
El movimiento urbano y la actividad portuaria son imparables. Luego del terremoto de 1822 la ciudad había sido reconstruida con materiales más sólidos: ya no ranchos sino casas. Para 1827 la población rodeaba la Iglesia de La Matriz, en una versión anterior a la que existe hoy, que data de 1842. Allí se habían ido asentando las familias acomodadas, mientras que aquellos más humildes, que venían del campo a probar suerte, se encaramaron a los cerros Santo Domingo y Cordillera. Ellos fueron los responsables de la postal que es hoy Valparaíso, construyendo sus chozas -como pudieron- en las pendientes de las quebradas
La ciudad tenía su epicentro en la Plaza Echaurren. La actividad comercial se extendía por calle La Planchada - hoy Serrano - y la actividad financiera se concentraba en la calle Prat.  La ciudad llegaba por el norte hasta el Peñón del Cabo, conformación rocosa que iba de los cerros al mar haciendo de contención de la ciudad en el lugar donde hoy se ubica la subida al Cerro Concepción. Para pasar al otro lado había que subir por la Quebrada del Almendro (actual calle Urreola) y bajar por la Quebrada de Elías, llegando a donde está ahora la Plaza Aníbal Pinto. A partir de allí se extendía El Almendral, predio agrícola trabajado por la orden de los mercedarios, que con el tiempo se fue transformando en el lugar de recreación estival de la alta sociedad de Valparaíso. 
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La Plaza Echaurren en 1876
Bajo la presión del comercio y dada la creciente necesidad de espacio, en 1832 se dinamita el Peñón del Cabo y se conecta El Almendral a la ciudad. Valparaíso se expande y en la Calle del Cabo, hoy Esmeralda, se instalan tiendas comerciales y empresas marítimas. Pero a su vez, en el reverso de la modernidad, nace la leyenda de la Cueva del Chivato: la explosión había formado una caverna oscura que intimidaba a los transeúntes, convencidos de que allí habitaba el diablo en forma de chivo.
Atraídas por las posibilidades de trabajo y las oportunidades de negocios, cada vez más personas llegaban a vivir a la ciudad.  De 5 mil habitantes en 1810, pasa a 40 mil en 1842; para 1871 serán 70 mil los residentes, más una gran cantidad de población flotante. Si bien es cierto que entre la población de Valparaíso se contaban muchos extranjeros, la mayor inmigración provenía de los propios chilenos: más de 5.500 personas.
La colonia más numerosa fue la inglesa. Los británicos, en busca de aire puro y vista al mar, se instalaron en el Cerro Alegre y Concepción, por sobre el bullicio y el ajetreo del plan. Serían responsables de la otra forma de habitar los cerros de Valparaíso: un variado trazado urbano, pasajes y miradores, elegantes mansiones y floridos antejardines. Para 1840 el que visitaba aquellos barrios vería y escucharía lo mismo que el que cruzaba todo el Atlántico hasta Inglaterra.
Los inmigrantes europeos eran recibidos con la mayor hospitalidad, tanta que las familias tradicionales ofrecían a sus hijas para formar matrimonio. La mayoría de los extranjeros eran burgueses acostumbrados a los negocios; en ese sentido le marcaron la pauta a la aristocracia de Valparaíso. Pronto los santiaguinos empezarían a hablar despectivamente de “los porteños”, como personas preocupadas sólo de su quehacer comercial. En Valparaíso el lema era “el tiempo es oro”, es decir dinero, y cuando no se estaba lucrando se estaba gastando en diversión.
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La Calle del Cabo en 1900

El antes “puerto de Santiago” ya era una ciudad de creciente fama internacional, efervescente de vida. En 1842 la ciudad es nombrada capital de provincia. Había seguido su proceso de urbanización incansable, creciendo hacia El Almendral y hacia los cerros, ya sea ocupándolos o excavándolos para ampliar su estrecho plan. Con el material extraído se fue rellenando la bahía y Valparaíso creció hacia el mar. La ensenada desde donde antaño atacaban los piratas, dejó de existir.
Los primeros rellenos en la ciudad habían dado forma a la Plaza Echaurren y calle La Planchada - hoy Serrano. En 1848 se construyó el primer malecón a la orilla del mar y sobre ese terreno artificial se levantaron los Almacenes Fiscales, algunos aún en pie. Tres cuartas partes de los terrenos de la Aduana antigua se edificaron entre 1854 y 1855, ganando espacio al mar en lo que hoy día es la Plaza Sotomayor. Las actuales calles Errázuriz y Blanco también fueron alguna vez arena y mar.
Para 1834 La Planchada era la única calle empedrada. En verano se levantaba una polvoreada sofocante y en invierno el barro quitaba toda elegancia a los trajes de última moda. En vista de este panorama, en 1850 se llevó a cabo un empedramiento general de calles y aceras. En los cerros habría que esperar veinte años más para la construcción de la avenida que los uniría, a 100 metros sobre el nivel del mar: la Avenida Alemania o Camino de Cintura.
El ferrocarril, terminado en 1863, marcó un hito en la configuración de Valparaíso, al hacer de barrera entre la ciudad y el mar y estimular el crecimiento urbano hacia El Almendral y el Cerro Barón. El área portuaria, que antes se mezclaba con el bullicio del comercio y el paseo de los ciudadanos, poco a poco se fue aislando
En 1883 se inaugura el primer ascensor en el Cerro Concepción. Durante su primer mes de vida, nada menos que 23 mil personas descansaron las piernas. Con el tiempo se construirían 22 elevadores más y gracias a ellos la ciudad termina de interconectarse.
La arquitectura de Valparaíso en este periodo tomó rasgos ingleses y franceses. Las edificaciones españolas fueron desapareciendo, por los sismos e incendios y por el rechazo que generaba en los porteños el recuerdo de la colonia. Este se había exacerbado con el bombardeo español a Valparaíso en 1866. Pero mientras en el plan se levantaban sólidos e imponentes edificios  públicos, en los cerros, con excepción del Alegre y Concepción, se vivía una realidad mucho más humilde. Federico Walpone, de la Armada Real Inglesa, diría: - Si se sube por estas quebradas y se ven las multitudes que viven en ellas, uno no se asombra de oír que Valparaíso contiene 40 mil habitantes. Las casas de este barrio son muy curiosas. Parecen demasiado pequeñas para los mortales de mediana estatura. Divididas exteriormente en dos pisos, uno espera ver asomarse la cabeza de las personas que entran encorvadas por las puertas, en las ventanas del piso superior, mientras sus pies tocan el suelo del piso bajo.
Esta realidad de contrastes, junto a una urbanización desordenada y heterogénea, ha sido constante en la historia de Valparaíso. El desarrollo comercial de la ciudad empujó al desarrollo urbano. La gente se instaló y fue haciendo el mapa de la ciudad antes de que hubiera tiempo para pensarla. Porque Valparaíso era el lugar donde había que estar para saborear la modernidad. Ni ricos ni pobres querían perderse esa oportunidad. Aquí se vivía una atmósfera de tolerancia porque todos, de alguna manera, no eran dueños de casa sino invitados, en la otrora Quintil de los changos.


BIBLIOGRAFIA:
Monografía histórica de Valparaíso. Víctor Domingo Silva. 1910
Ediciones Altazor - Viña del Mar, 2004 
Vida, costumbres y espíritu empresarial de los porteños. Santiago Lorenzo, Harris Gilberto, Nelson Vásquez. Valparaíso, 2001
Ediciones Universitarias Universidad Católica de Valparaíso, 1ª edición
Memorial de Valparaíso. Alfonso Calderón. Santiago, 2001. Ril Editores, 1ª edición.
Historia de Valparaíso. Benjamín Vicuña Mackenna. Santiago, 1936
Universidad de Chile - 1ª edición
Postulación de Valparaíso como Sitio del Patrimonio Mundial. Diciembre 2001 UNESCO, Gobierno de Chile y Municipalidad de Valparaíso

La ciudad de Valparaíso en 1871
La ciudad de Valparaíso en 1871


calle del cabo    La Calle del Cabo, hoy Esmeralda, en 1880
jardines cerro alegre La clase acomodada en los jardines del Cerro Alegre
estero Estero Las Delicias, hoy Avenida Argentina, y el extenso Almendral en 1864
intendencia La antigua Intendencia en lo que es hoy la Plaza Sotomayor
valpoDESDEELBORDE Vista de la ciudad desde el Cerro Concepción en 1888

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